El ozono producido por la lámpara debe ser extraído fuera del edificio. Una vez en una atmósfera abierta el ozono se transformará por si sólo en oxígeno otra vez. El ozono se puede medir dentro de un edificio utilizando máquinas de medición. Estas máquinas de medición se pueden situar en los ventiladores de extracción y medirán si el ozono esta siendo extraído del área de trabajo.
Las medidas efectuadas en una imprenta trabajando con UV demuestran que la cantidad de ozono existente alrededor de la máquina es del orden de 0.05 partes por millón o sea 0.1 mg. por metro cúbico de aire. Esta concentración, si pensamos en los maquinistas que trabajan ocho diarias, representa la mitad de la concentración máxima admitida.
Algunas lámparas diseñadas con otro tipo de cuarzo no son permeables a longitudes de onda inferiores a 230 nm. con lo que se consigue valores de ozono inapreciables. Desgraciadamente, también se produce una considerable reducción de emisión UV, por lo cual no suelen ser muy utilizadas. Sin embargo, hoy en día se fabrican lámparas con una baja producción de ozono, de manera que el sistema que se ha mostrado más efectivo y barato es la extracción por aire.
Aunque el ozono tenga un olor característico, muchas veces es confundido con el olor que ciertos soportes -sobre todo papeles y cartones- desprenden al ser irradiados con UV. Un estudio mas profundo ha demostrado que esos olores pueden ser atribuidos a pegamentos a base de caseína, utilizados para el estucado del papel. |